Ingredientes para 4 personas:
- Aceite de oliva "virgen extra", 4 cucharadas
- Ajos, 4 dientes
- Cebolla, 1
- Guindilla (opcional), 1
- Guisantes congelados, 350 gr
- Pimienta negra molida, cantidad al gusto
- Sal fina, cantidad al gusto
- Vino blanco de cocina, 3/4 vaso
Utensilios:
- Cacerola
- Cuchara de madera
- Cuchillo de cocina
- Escurridor
- Sartén amplia con su tapadera
- Tabla de cocina
- Vaso para medir el vino
Elaboración:
Comienza pelando y picando los dientes de ajo en láminas.
Seguidamente pela y pica en julianas la cebolla.
A continuación vierte el aceite de oliva en la sartén y caliéntalo a fuego medio-alto, nº 8 de la placa vitrocerámica.
Cuando el aceite esté caliente echa los dientes de ajo y sofríelos hasta que estén ligeramente dorados.
Tras esto, baja el fuego a temperatura media-baja, nº 4 de la placa vitrocerámica, añade la cebolla, una poquita de sal fina, remueve, tapa la sartén y deja cocinar por espacio de quince minutos (15´).
Mientras tanto hierve los guisantes congelados en una poquita de agua con sal el tiempo que indique el fabricante. Para esta receta es mejor dejar los guisantes "al dente".
Cuando los guisantes estén cocidos (como referencia diré que yo los tengo cociendo siete minutos), escúrrelos.
Transcurrido el tiempo de cocinado de la cebolla, destapa la sartén, sube el fuego al máximo, añade los guisantes, la guindilla, la pimienta negra molida y el vino blanco. El plato estará listo cuando el vino haya reducido su volumen a la mitad.
Sirve caliente.
Espero que os guste.
"La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia".- Amos Bronson Alcott