o casi..... porque esta receta se hace tradicionalmente con bacalao en salazón pero yo normalmente la hago con bacalao fresco, de ese que viene empaquetado y congelado "al punto de sal", la verdad es que me resulta muy engorroso andar descongelando el bacalao y como siempre estoy fatal de tiempo, pues podemos decir que esta es mi versión rápida de este famosísimo y delicioso plato portugués, espero que os guste.
Ingredientes para cuatro personas:
- Aceite de oliva "virgen extra", 2 cucharadas
- Aceite de girasol, 2 vasos
- Bacalao, 4 lomos congelados "al punto de sal", unos 400-430 g
- Cebolla, 2
- Patatas grandes, 4
- Sal fina, al gusto
Para la bechamel:
- Harina de maíz "Maicena", 4 cucharadas
- Leche entera, 2 vasos
- Mantequilla, 45 g, equivale a una cucharada
- Nuez moscada rallada, 1/2 cucharadita
- Queso parmesano rallado, al gusto
- Sal fina, al gusto
Utensilios:
- Cazos o cacerolas pequeñas, 2
- Cuchara de madera
- Cuchillo grande y afilado
- Espumadera
- Fuente de Pirex o rustidera
- Rallador para el queso
- Sartén antiadherente grande con su tapadera
- Tabla para cortar
Elaboración:
Descongela debidamente los lomos de bacalao siguiendo las instrucciones del fabricante.
Pela y pica las cebollas en julianas, esto es en tiras.
Vierte las dos cucharadas de aceite de oliva en la sartén y caliéntalo a fuego moderado.
Echa las cebollas picadas al aceite caliente y añádeles una poquita de sal fina; tapa la sartén y cocina las cebollas por espacio de 12 minutos o hasta que estas estén tiernas.
Mientras tanto pela y corta las patatas en rodajas.
Cuando las cebollas estén tiernas apártalas de la sartén y colócalas en la rustidera o en la fuente de pirex.
Vierte los dos vasos de aceite de girasol en la misma sartén donde has cocinado las cebollas y caliéntalo a fuego fuerte.
Cuando el aceite esté caliente echa las rodajas de patatas y fríelas hasta que estén tiernas pero no doradas; como posiblemente no te quepan todas a la vez en la sartén, ve friéndolas por tandas.
Cuando las patatas estén hechas, sácalas de la sartén con la espumadera y ve acomodándolas en la rustidera o fuente de pirex; añádeles sal fina y mézclalas, sin romperlas, con las cebollas.
A continuación vierte los dos vasos de leche en un cazo pequeño y sumerge los trozos de bacalao en ella.
Lleva la leche a ebullición y justo antes de que rompa a hervir aparta el cazo del fuego y retira los trozos de bacalao. Reserva la leche.
Coloca los trozos de bacalao en un plato y retírales las pieles y las espinas.
Desmiga con los dedos el bacalao y espárcelo por encima de las patatas y las cebollas, añade un poco de pimienta negra recién molida.
Para hacer la bechamel,
Derrite la cucharada de mantequilla en un cazo a fuego medio.
Agrega las cuatro cucharadas de harina al cazo y remueve con tu cuchara de madera hasta formar una bola que se despegue de las paredes.
Seguidamente ve añadiendo la leche de hervir el bacalao poco a poco y remueve insistentemente hasta acabar con toda la leche.
Continúa removiendo hasta que la bechamel coja cuerpo.
Cuando la bechamel tenga consistencia de natilla apártala del fuego; añade un poco de sal fina y la nuez moscada;
Remueve bien la bechamel con la cuchara de madera y viértela por encima de las patatas, la cebolla y el bacalao.
Ralla el queso parmesano y repártelo por toda la superficie.
Introduce la rustidera en el horno precalentado a 200ºC y déjalo durante 10 minutos o hasta que la superficie esté dorada.
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Ten calma y respira; los días malos también se terminan