Siguiendo con los platos típicos de Semana Santa, no podían faltar las torrijas de vino, estas son las más tradicionales, ahora las hay de chocolate, de leche y azúcar, con crema pastelera.... lo que la imaginación quiera. Este postre en realidad es un plato de reciclaje, cuando a las amas de casa de otras épocas les sobraban pan, cosa que no siempre ocurría, hacían este postre; en mi casa las hemos comido no sólo en Semana Santa sino en cualquier época del año, pero desde hace algún tiempo se han popularizado como dulce típico de esta fecha. Espero que os gusten tanto como me gustan a mí.
Ingredientes para 6 torrijas:
- Aceite de girasol, 2 vasos
- Huevos tamaño Xl, 2
- Pan, 6 rebanadas gruesas, mucho mejor si es del día anterior (yo compro unas bolsas de rebanadas de pan especiales para torrijas)
- Vino dulce, 1/3 l
Para realizar el almíbar necesitaremos:
- Agua, 4 cucharadas
- Azúcar blanquilla, 1 cucharada colmada
- Miel, 6 cucharadas
Utensilios:
- Bol amplio, 2
- Cazo
- Cuchara, te servirá para medir la miel, el azúcar y el agua
- Cuchillo de sierra, opcional
- Espumadera
- Sartén honda
Elaboración:
Comenzaremos elaborando el almíbar,
Para ello mezcla en un cazo las seis cucharadas de miel, la cucharada de azúcar y las 4 cucharadas de agua.
Tras esto calienta el contenido del cazo a fuego medio-alto hasta obtener un almíbar ligero.
Cuando hayas obtenido la consistencia del almíbar deseada, aparta el cazo del fuego y déjalo enfriar a temperatura ambiente.
Mientras el almíbar se enfría elaboraremos las torrijas.
Para ello corta rebanadas gruesas de pan si esto fuera necesario.
Seguidamente vierte el vino dulce en un bol amplio.
Casca los huevos sobre otro bol amplio y bátelos.
Vierte los dos vasos de aceite de girasol en un perol o sartén amplia y caliéntalo a fuego medio-alto, nº 8 de la placa vitrocerámica.
A continuación empapa cada rebanada de pan en el vino dulce. Sumérgelas tan sólo unos instantes.
Después pasa cada rebanada de pan empapada en vino por los huevos batidos.
Tras esto introduce cada rebanada de pan en el aceite de girasol caliente y déjalas freír hasta que se doren.
Cuando estén doradas, retíralas de la sartén con la ayuda de una espumadera y colócalas en la fuente de servir.
Por último vierte la mitad del almíbar sobre las torrijas y déjalas unos minutos para que lo absorban bien, tras esto dales la vuelta y vierte sobre las torrijas el resto del almíbar.
Déjalas reposar a temperatura ambiente unos minutos y ya están listas para servir.
Estas torrijas se pueden comer templadas que es como más buenas están o frías.
"No pidas lo que no das, no exijas lo que no entregas, en todos los aspectos de la vida, a la larga o a la corta solo cosechas lo que siembras".