A veces una es feliz con las cosas más sencillas; yo disfruto muchísimo comiendo pimientos fritos, para mí son absolutamente deliciosos e indispensables en la dieta mediterránea. En este post os voy a enseñar la forma correcta de freírlos para que queden tiernos y cremosos, ¡ya veréis que cosa más rica!
- Lo primero que debes hacer es elegir pimientos frescos, de color verde intensos y duros al tacto.
- Antes de su elaboración lávalos bien bajo el chorro del agua fría del grifo y sécalos con un trozo de papel de cocina.
- Seguidamente quítales el rabo y las semillas.
- A continuación vierte abundante aceite de oliva en una sartén amplia y caliéntalo.
- Cuando el aceite esté caliente echa los pimientos y baja el fuego al nº 3 o 4 de la placa vitrocerámica.
- Ahora sólo es cuestión de paciencia, pues los pimientos necesitarán unos 20 minutos de cocinado a fuego lento para que queden tiernos y cremosos.
- Gira los pimientos de vez en cuando durante la cocción para que se hagan por igual por todos lados.
- Transcurrido el tiempo sácalos de la sartén y déjalos reposar sobre un plato llano cubierto de papel de cocina para eliminar la grasa sobrante.
- Tras esto añade un poco de sal gruesa y tus pimientos ya están listos para consumir.
Tal cual los hemos hecho los podemos servir para acompañar una tortilla de patatas, unos filetes de lomo o de pechuga de pollo. Otra forma de acompañarlos es como os muestro en la fotografía, con patatas fritas y huevos fritos.
Espero que este post os sea de utilidad.
Mi hijo y yo, como antes mi abuela, los comemos con patatas cocidas solo. Es increíble que algo tan sencillo esté tan rico!
ResponderEliminarUn abrazo
¿Verdad que si? A mí me ocurre lo mismo, simplemente me encantan. Un abrazo Josela.
Eliminar¿Verdad que si? A mí me ocurre lo mismo, simplemente me encantan. Un abrazo Josela.
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